Había una vez un osito que se llamaba Iván, un día Iván se fue a jugar al parque con sus papas y encontraron a una osita muy triste, ellos se acercaron y le preguntaron: ¿que te pasa?, ¿como te llamas?, ella les respondió: me llamo Sofía y estoy triste porque vivo sola, ellos dijeron: quieres vivir con nosotros?, y ella aceptó. Se fueron a la casa a comer, Sofía estaba muy feliz.
Al otro día, la mamá les dijo a todos que iba a tener un bebe osito y que iba a nacer el mismo día. Cuando lo supieron, todos prepararon la cuna y la colcha ¡el bebe ya nació! dijeron todos sorprendidos y cuando lo vieron se pusieron muy contentos y le pusieron en la cuna para que duerma. Luego de unas horas, cuando abrió los ojos, eran color celestes y todos se turnaron para amarcarlo.
De nombre decidieron ponerle Juan, meses después Juan ya aprendió a caminar y hablar. Al otro día toda la familia se fue al campo; Sofía, Ivan y Juan se perdieron en un bosque que no conocían. Los papas los estaban buscando por todas partes y no aparecían, encontraron a una señora y le preguntaron si había visto a sus hijos, después fueron mas allá y los encontraron, los abrazaron fuerte y nunca mas se separaron, siempre pasaron juntos. Todo el tiempo Juan iba en la mitad de todos.
Cuando Juan tenia un año, Sofia siete e Ivan ocho años, se tomaron una foto para recordar ese momento. Los 3 hermanos siempre jugaban juntos sin separarse, les gustaba pedirle a su papa que les llevara al parque.
Un día encontraron una escuela para que estudien Iván y Sofía, una osa directora les dio la oportunidad de aprender en esa escuelita y ellos se pusieron muy contentos. Los dos estaban en la misma aula, hicieron muchos amigos y se divertían en los recreos. En la tarde les contaron como fue su día en la escuela.